El mantenimiento para nuestra casa de madera dependerá de la ubicación, la orientación y los agentes atmosféricos. Principalmente existen dos clases de mantenimiento: con base de aceites o con barnices. El mantenimiento a base de aceites solo es posible cuando la madera ha sido imprimada con un colorante. Si previamente hubiese sido barnizada, se deberá decapar, dar el color y entonces aplicar el aceite.
El tratamiento con base de aceites, se hace anualmente y conseguimos un buen mantenimiento que hidrata la madera. Con las sucesivas duplicaciones el color de la casa ira oscureciendo. El acabado será mate, debido a que tras cada aplicación, el polvo en suspensión se va adhiriendo a la fachada. Por ello, es conveniente hacerlo en días no ventosos y cara a la temporada invernal.
El barniz como base del mantenimiento de casas de madera.
Se barnizará con una frecuencia de máximo dos años, siempre utilizando un barniz de calidad y con protección solar. Primero limpiaremos la fachada con un paño húmedo para retirar el polvo adherido. esto conviene hacerlo todos los años; luego, aplicaremos el barniz, bien a brocha o pistola.
Si la capa de barniz se hubiera descascarillado, deberemos lijar la parte en mal estado, aplicando el color apropiado a la superficie, y terminar con dos capas de barniz exterior.
También se pueden mantener las casas de madera con barnices de poro cerrado con base de disolventes, pero tienen el inconveniente de tener que lijar y barnizar anualmente.
Dentro de los barnices con base de agua y poro abierto, tenemos la opción de los semipigmentados y los pigmentados. Los primeros, incorporan tintes de color a imitación de distintas clases de maderas. Dejando ver el veteado de la madera natural, los más usuales y resistentes son los de color teca y de color nogal.
Los pigmentados son barnices de colores. Estos son los más resistentes, pero no permiten ver el veteado de la madera, son colores lisos.