En Casas Carbonell, nos encantan todo lo relacionado con la madera. Hoy hablaremos de un a expresión muy popular: tocar madera. Descubriremos a qué se debe, sus orígenes, y en qué momentos se utiliza.
Se suele pronunciar cuando queremos atraer la buena suerte, manteniendo las malas energías y los malos augurios bien lejos.
Se debe a que la madera es un material noble, natural, que proporciona bienestar y tranquilidad. Es decir, puede asociarse a que repele lo malo y atrae lo bueno. Tocarla, nos conecta con la naturaleza y las buenas vibraciones. Su olor nos recuerda a la leña, a esos días fríos en los que ponemos la chimenea y disfrutamos de su calidez.
Vamos a tocar madera
En cuanto a sus orígenes, encontramos 2 versiones. Hay hechos que hoy tienen una explicación científica, pero antes no la tenían. Por eso, gran parte de los efectos de la naturaleza o la vida se asociaban a la acción de Dios. La madera es un material presente desde los orígenes del hombre, y se consideraba “un regalo de Dios”. Sobretodo la madera de roble, ya que se creía que el roble era hogar de Dios durante la época de los griegos. Se decía que el roble era la variedad de árbol más propensa a ser alcanzada en las tormentas por los rayos. Así, estar cerca de un roble parecía estar cerca de un Dios y tener mayor protección. Por eso, tocar madera y en especial la de roble, podía traer protección y buena suerte.
Otra teoría más reciente tiene su origen en la crucifixión de Jesús, y viene del cristianismo. Jesús fue crucificado en una cruz de madera y se creía que tocando la cruz o la madera de la cruz, se podía obtener protección o buena suerte, también asociado a un Dios terrenal como Jesucristo. ¿Conocíais estas creencias? ¿Qué os parecen?